Las ciudades.
Nuestra gran creación es también nuestro gran fracaso.
Pero aun podemos solucionar las cosas. Las ciudades aun
pueden arreglarse.
La pregunta es cómo.
Seamos realistas. No van a ser los políticos, ni los
técnicos, ni las fundaciones, ni las asociaciones. Ni planes ni programas, ni
operaciones puntuales, ni lavados de cara para la foto y el artículo en la
prestigiosa revista.
O somos todos o no se arreglan.
Esto significa un cambio de actitud de todos.
Ciudadanía.
Concienciación y trabajo en red. Cambio normativo, cambio de
metodología, cambio de usos. Responsabilidad. Exigencia.
De todos.
Cada día surgen actuaciones interesantes y positivas que
debemos valorar, reconocerles su función de “nendo dango” urbano, pequeñas
semillas del cambio sobre las que cimentar el siguiente paso. Pero cuidado, no
es oro todo lo que reluce; a veces estos proyectos no van más allá de una
portada en el periódico.
Se me ha ocurrido enlazar esas propuestas que me parecen
interesantes en este blog y además aplicarlas a un ámbito territorial concreto:
la Región Urbana Ártabra (que es donde yo vivo); mi intención es producir un
pequeño banco de ideas y experiencias que propicien posibles soluciones a
problemas concretos. Y quizás alguien se anime a aportar comentarios que serán
igualmente introducidos en el mapa.
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